domingo, 15 de marzo de 2009

Fantasmas de otro tiempo

Una mirada hacia el pasado muestra las diferentes etapas de una vida, desde la infancia más remota hasta el acontecimiento más cercano, pasando por todo tipo de sucesos intermedios, todo ordenado de una forma más o menos cronológica que produce una vaga sensación de lejanía. Allí, al principio del camino, aparece un niño pequeño, borroso tras la bruma del olvido, pero suficientemente definido como para revelar algunas de sus experiencias y mostrar el mundo a través de sus ojos inexpertos. Y lo que se encuentra detrás de esas ventanas infantiles son sensaciones e ilusiones propias, pensamientos, ideas y decisiones de niño que para nada corresponden con la visión del mundo de un adulto. Puede que quede algo de él, pero en la mayoría de las cosas son personas diferentes, de la misma manera que el adulto no es igual que el adolescente que fue o que el anciano que está por llegar. La suma de pequeños cambios a lo largo de los años es capaz de crear una gran diferencia en el estado mental, aunque la variación es tan gradual que no es apenas perceptible en el día a día. ¿Qué es, en verdad, esa ficción a la que se llama persona? Es un ser estable pero sujeto a cambio que vive en el presente y arrastra una serie de fantasmas en su memoria. El concepto del yo es una etiqueta conveniente para referirse al individuo que uno es en cada momento.

El sueño de la existencia - La esencia de la mente

2 comentarios:

Franz Matheis dijo...

Creo que este problema no es exclusivo del yo sino aplicable a toda la realidad.

Ya decía algún fílósofo que no te bañarás dos veces en el mismo río.

Otra cosa a tener en cuenta es que los "YOS" no son independientes sino que están relacionados, hay una evolución de uno a otro. Quizás la forma correcta de representarlo es que el yo es "La serie de todos mis instantes", no el momento actual.

Iban dijo...

Sí, en el post siguiente, "La engañosa continuidad del yo", se habla de la relación de los diferentes "yos" a través de los recuerdos. Pero incluso el recuerdo puede ser puesto en duda, y por eso el único "yo" del que se puede tener certeza se encuentra en el instante presente, aquí y ahora. La serie de todos los instantes podría ser borrada de la memoria y todavía quedaría la esencia de la mente, como ya se comenta en "Recuerdo y olvido". Gracias por tu comentario.