domingo, 29 de marzo de 2009

La flexibilidad del mundo

Todo es posible, en principio, sobre el mundo que se manifiesta a la mente. Si la realidad percibida es también la causa de la existencia; si es cierto, como indican las apariencias, que la mente ha surgido de esa misma realidad y de acuerdo a sus reglas, cualquier cambio en el comportamiento intrínseco de la naturaleza –y éstos son los parámetros que trata de establecer la física– repercutiría de inmediato en la mente causando probablemente su destrucción. Nada podría ser de otra manera. Sin embargo, si el mundo consistiese en una compleja simulación «artificial», un manto que ocultase la verdadera naturaleza de las cosas, cualquier variación de sus reglas podría producirse sin afectar a la existencia del ser. Un cambio de ese tipo podría suceder en cualquier momento, sin previo aviso, y sorprendería completamente a la mente, que se ha acostumbrado a esperar siempre un comportamiento uniforme del mundo.

El sueño de la existencia - Realidad exterior

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