miércoles, 4 de marzo de 2009

Génesis

Aceptar cualquier suposición supone un riesgo para la certeza. Hay una serie de pensamientos que deben establecerse antes de realizar ninguna suposición, antes incluso de aceptar la realidad exterior. La mente es consciente de numerosos fenómenos que tienen siempre una realidad interna, independientemente de que además posean una realidad externa. Existe todo lo que es percibido: existen estas luces, este mar, esta bahía y estas montañas que parecen manifestarse a la mente por medio de los sentidos. La cuestión es, ¿de qué naturaleza es aquello que se manifiesta? ¿Es un escenario externo creado por un dios que pretende engañar a la mente? ¿Es una simulación, un mundo ficticio que aísla a la mente de otro mundo completamente diferente? ¿Es una manifestación directa de una realidad que tiene existencia propia? Escenas parecidas pueden surgir también en la imaginación sin necesidad de los sentidos: entonces, ¿son todos los fenómenos puras creaciones internas? Las cuestiones sobre la naturaleza de los fenómenos conciernen también a los demás seres, que por sus características parecen poseer mentes similares, independientes y externas. El hecho de que la mente no tenga certeza sobre el mundo no significa que deba ignorar su presencia en sus razonamientos iniciales. Todas las posibilidades le son sugeridas por esos mismos fenómenos que se le manifiestan, y su deber consiste en tratar de averiguar cuál de las opciones es la más coherente. En este punto no proporcionan ninguna certeza los testimonios de otras personas –para los que habría que suponer la existencia independiente de otras mentes–, ni las pruebas científicas –que parten de la realidad de un mundo externo que se comporta tal como aparenta–. Todas esas cosas podrían formar parte del engaño del supuesto dios o incluso de otras personas que hubieran creado una realidad artificial sólo para la mente. Las más variadas falsedades son posibles; sin embargo, a pesar de la dificultad de la tarea de establecer la naturaleza de los fenómenos, existen indicios que permiten orientar el pensamiento en una dirección concreta.

El sueño de la existencia - La esencia de la mente

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